5 Lecciones de liderazgo de una jardinera

9 Jan, 2024 | Gerencia, Para Supervisores

Zoila lleva más de 50 años cultivando plantas, cuidando su jardín y haciendo hermosos arreglos florales. La conocí en un club de jardinería hace más de 25 años y todavía, con cerca de 90 años, continúa realizando la maravillosa tarea de jardinería.  Es amable, prudente, colaboradora y conciliadora (en un grupo de damas jardineras, esta es una valiosísima virtud).

Con la vasta experiencia acumulada como jardinera y los innumerables entrenamientos recibidos y ofrecidos sobre flores y plantas ornamentales, podemos calificarla, sin temor a exagerar, como una experta en la materia.

Una experta que escucha y atiende con genuino interés y humildad a quien expone temas relacionados con su saber, aunque ella domine a la perfección la materia sobre la que se está exponiendo; quien corrige en privado, elogia en público y está siempre dispuesta a ayudar a todas; paciente y comprensiva, principalmente con las novatas que carecen de las destrezas que exhiben las más experimentadas.  Firme en sus convicciones cuando llega el momento de sustentar sus opiniones y decidida en la toma de decisiones. Es disciplinada, atenta a los detalles que afectan a quienes la rodean, sin descuidar el marco general que envuelve una reunión de directiva, un taller de entrenamiento o la organización de un evento en particular.

Recordando aquellos tiempos y las vivencias con Zoila y con las compañeras jardineras de entonces, reflexiono sobre su comportamiento en las reuniones y sesiones varias a las que asistía.   

De las remembranzas de aquellas reuniones rescato 5 lecciones útiles al momento de dirigir equipos de personas, ampliamente aplicables al entorno empresarial o educativo, y  que resumo a continuación:

1. Escuchar y observar atentamente. 

Siempre se aprende algo de los demás (aunque creamos saber mucho del tema); incluso aprendemos a identificar los errores que observamos en el otro ¡y a no repetirlos!

Solo escuchando y observando atentamente lo podemos lograr, ya sea para evitar prejuicios, capacitar adecuadamente, corregir errores o elogiar logros alcanzados.

2. Si vamos a corregir, que sea en privado

Podemos disentir porque no estemos de acuerdo (asunto de opiniones) o porque tenemos la evidencia que sustenta nuestros argumentos…pero si vamos a corregir, que sea en privado (y al momento de elogiar, ¡que lo escuchen todos!). 

Difícilmente olvidamos la humillación del escarnio público y es poco probable que se consiga el apoyo de aquella persona a la que exhibimos frente a los demás.

3. Buscar soluciones, no culpables. 

Si tenemos la oportunidad de dirigir equipos de colaboradores, el respeto y la actitud conciliadora serán cualidades que permitan una interacción que busque soluciones en lugar de culpables en situaciones difíciles.

La amabilidad no es debilidad (aunque algunas personalidades alfa así lo piensen).

Esto no implica obviar las responsabilidades, en lo absoluto. Con el responsable se habla en privado, pero la evaluación del caso, causas y posibles soluciones, en equipo, debe ser el objetivo.

4. Comprensión y paciencia. 

Ayudar a un colaborador no es hacer su trabajo, ni “cargarlo”, sino identificar la causa de su pobre o limitado desempeño; es ofrecerle las herramientas para que supere esa limitación y asegurarse que las use correctamente, que practique, hasta que sea proficiente en la ejecución de la tarea.

Cada uno aprende a su ritmo, por lo que la comprensión y la paciencia son indispensables si deseamos ayudar al otro.

5. Tomar decisiones con firmeza y justicia

En momentos de crisis en la empresa se deben tomar decisiones que pueden incomodar a algunas personas, pero es necesario actuar según los lineamientos correspondientes, con firmeza y con justicia.

El gran valor que concedo a las personas líderes, expertas, talentosas y altamente competentes radica en su capacidad para ayudar a su equipo en la aplicación práctica y constante de los conocimientos transmitidos y el aprovechamiento de experiencias que han acumulado. 

Ya sean directora(e)s, gerentes, docentes, científica(o)s, o cualquiera que tenga la responsabilidad de dirigir un equipo de personas, considero que les pueden resultar muy valiosas estas 5 recomendaciones para lograr el crecimiento de las personas que lideran y los mejores resultados posibles para la organización.

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